Salem, la ciudad de las brujas.

Cerca de donde vivo se encuentra el pueblecito de Salem, conocido en todo el mundo por su singular y cruel Historia.

Corría el año 1692, según la ley británica, practicar brujerías era un delito contra la autoridad estatal. Bastaba con una acusación para que los supuestos practicantes de brujerías fueran enjuiciados y llevados a la horca. Los presuntos afligidos gritaban, en medio de su posesión, los nombres de los que los poseían, acusando así a las personas de brujería y mediante un juicio se establecía la culpabilidad de las brujas por los atormentados y eran ejecutadas en la horca (las víctimas no fueron sólo mujeres, también hombres y niños).

A día de hoy, Salem vive de estos acontecimientos, recibe al año más de un millón de visitas, con muy variados atractivos turísticos, casi todos unidos por una línea roja en el suelo para no perderte nada mientras paseas por la ciudad. A parte de toda la parafernalia de tiendas y casas, se podrían destacar las Witch Houses, la casas de los 7 tejados, el parque de los sauces, el cementerio, los museos de brujas, el puerto… todo rodeado con su particular magia negra.

El interés por esta ciudad se acentúa, claro está, en el festejo que se celebra durante todo el mes de Octubre hasta llegar al día más esperado, Halloween, el 31, al que asistí como no podía ser menos, engalanado para la ocasión. Miles de personas disfrazadas por las calles, desfiles, fuegos artificiales, parque de atracciones, conciertos… fue toda una experiencia.